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Roberto Capdevila

 

Biografía

Dibujante autodidacta en sus inicios, cursando la escuela primaria aprendió la técnica del cuadriculado, que en realidad no era una técnica para el dibujo sino un rebusque para resolver la proyección de un original a dimensiones mayores. Según expresa el propio Roberto: -“Esto me dio de comer, cuando oficié de ayudante de Alberto Rocha en los trabajos de cartelería del cine Opera (hoy Centro Cultural)”.
El mismo Rocha le propuso trabajar en algo que él no sabía hacer, que era la ampliación del dibujo y que, Roberto Capdevilla, con una técnica doméstica se las rebuscaba para resolver. Con técnicas opuestas armonizaron una dupla donde Capdevilla hacía la base y Rocha el dibujo y la pintura. Este último manejaba muy bien los colores y de a poco se transformó en su maestro.
Cuando habla de técnicas opuestas se refiere a que Rocha usaba mucha pintura y trabajaba con el pincel muy cargado; Capdevilla lo hacía con el pincel seco y gastado, con la punta hacía el trazo y con la parte ancha el color. Lo sintetiza con un razonamiento emparentado con la lógica pero que es inexplicable para los ajenos al tema: -“A más presión más pintura, a menos presión menos pintura; yo hacía los rostros de las mujeres, que son más suaves, sin arrugas, donde los colores son más tenues y las sombras más elaboradas, él hacía las de los varones, que son de rasgos más duros y las sombras más cargadas”.  Los trabajos eran atractivos y hubo un ofrecimiento de una empresa capitalina: que no prospera porque la propuesta comprendía a ambos y Rocha decidió quedarse. Otra oportunidad que se le escapó fue con la revista Humor; tenía todo acordado, le aceptaban el dibujo, lo que no pudo encontrar fue un guionista para complementar el material.
Su debut con la caricatura, ocurrió a los doce años, según recuerda, en medio de las fiestas navideñas. Había un personaje, Aldelique, gordo, panzón, en camiseta, pañuelito al cuello y un gorrito “cantinflinezco”, que vivía en curda toda la semana y esos días aparecía más puesto todavía, le hice una caricatura, que terminó vendiéndosela por chirolas. Fue su primer trabajo pago. En otra oportunidad lo caricaturizó al doctor Benjamín Braier, en una exposición de ponchos.
Pasaron los años, entró al diario “El Informe”, hizo dibujos, ya más serios, con tramados y otras técnicas que posibilitaron una mejor elaboración. Recuerda haber hecho el de un personaje “Don Zoilo” (Romans Boucet) que escribía versos gauchescos; también los hacía a pedido.
Sus últimos trabajos fueron los dibujos realizados para la tapa de la revista Voycot. En cada trabajo reconoce estar ensayando algo, la técnica, el tipo de lápiz, el papel u otro material.