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ANGÉLICA ROCHÓN Y EL ARTE DESDE UNA MIRADA NIETZSCHIANA
Por Natalia Bersia


Friedrich Nietzsche, es un autor clave para la Estética. Toda su filosofía está impregnada de estética; desde el primero hasta el último período de su producción, insistirá en la importancia del arte.
Como crítico, él se preguntaba si el arte es consecuencia de la insatisfacción ante lo real, o bien si él expresa el reconocimiento de la felicidad disfrutada. Y define el arte como “sensualidad inteligente”, porque la obra de arte nos hace comprender algo “mediante la mínima ayuda, la mínima sugestión”.
Los artistas disfrutan de una especie de “juventud y de primavera”, embriagados por la vida: no podría ser artista el hombre docto, “disecado”.
Y la artista plástica Angélica Rochón, en su entrevista también está de acuerdo con esta juventud de la que él habla, porque para ella “…el arte te lleva a poder revolver dentro de uno, y manifestar y recrear células que te producen ese éxtasis que es la felicidad; es sentirte bien, es sentirte que podes ir curándote de determinadas cosas…”.
Además ella siempre manifiesta que “el arte la sacó del fuego”, es decir, “…que como seres humanos todos pasamos por determinadas circunstancias de la vida (de satisfacciones, dolor, alegría, placer, infelicidad, felicidad, todo), pero el arte te encausa, el arte hace que vos, de alguna manera, puedas estar en un lugar que, solamente los que estamos en el arte, realmente sabemos que nos da seguridad, nos cobija…”.
Otra cosa que también vemos en ella es este aire de primavera (del que habla Nietzsche) cuando expresa que en sus 40 años de trabajo de esto, que en todo ese tiempo transcurrido ha ido pasando por ciclos, pero que SIEMPRE ha sentido ese aire fresco, que es empezar algo nuevo…y cuanto más haces, más respuestas tenés. Y se relaciona también un poco con lo que Nietzsche habla de una “filosofía de vida”, una nueva condición de felicidad del hombre.
Cuando Nietzsche hace mención del hombre re-unido, que “no es ya un artista”, sino que “se ha convertido una obra de arte”; Elena Oliveras quien analiza la estética de Niezstche, pone como ejemplo de esto: a los hippies, que intentaron ser ellos mismos (peinándose de determinada manera, vistiéndose de colores alegres, trasformando su vida en “arte”).
Y cuando en la entrevista se le preguntó a Angélica Rochón una opinión propia al respecto, respondió que un artista, también se puede convertir en obra de arte “…si se puede mimetizar con la obra…”. Y además agregó:
“…vos sos lo mismo, es un circuito, vos- el arte- y lo que vos das; vos estás mostrando. Es como una radiografía de uno”.
Y este término que ella nombra, que habla de “circuito”, me recordó otro pensamiento muy importante que destaca Nietzsche, cuando él revela su postura en oposición a la de Hegel, y se opone en diferentes aspectos. Uno de ellos es que mientras Hegel cree en un desarrollo lineal de la historia, en un proceso en el que la Idea se va reconociendo cada vez más; Nietzsche piensa en un desarrollo circular del tiempo, en un eterno retorno.
Y aquí también podría agregar el gran aporte que nos dejó Rochón en su entrevista sobre esto, cuando ella comparte que el ayer y el hoy siempre se relacionan, que “…el tiempo es uno solo…”
Ella expresaba lo siguiente:
“…uno…ha conocido artistas, museos…es una vida de haber conocido, de seguir conociendo, de seguir leyendo, de seguir mirando, y no puedo dejar de apasionarme con Rembrand, y no puedo desoír el arte contemporáneo…SON 2 OPUESTOS: es el antes y es el hoy, pero yo creo que…el arte con esa sensibilidad, con esa fundamentación, con lo conceptual, con tener un relato detrás que tiene cada artista, que hace que la persona que lo mire, que lo lee, va a darse cuenta de que pertenece a lo mismo…después el tiempo es uno solo, no es ni antes, ni después, ni en el futuro. “El tiempo es uno solo”…y vos no separas, estás creando y no separas; estás usando una línea y es el Renacimiento…pero no medís, una vez que está incorporado, ya está”.

Y por otro lado, siguiendo con esa postura en contra a Hegel, éste aceptaba la posibilidad de conciliación Idea-forma o contenido-manifestación; mientras que Nietzsche no, la niega, porque para él el mundo es un juego de apariencias sometidas a interpretaciones infinitas. Él afirma que no existen “hechos” sino sólo interpretaciones.
Y así una vez más sigue estando de acuerdo Rochón con esta postura Nietzscheana, cuando ella misma expresó lo que pretendía con sus obras:
“…busco siempre que den lugar a una libre interpretación, porque una vez que salió de uno, ya está, es parte del espectador interpretar lo que sea…y depende de la vivencia de cada uno”.
En la actualidad, el pensamiento Nietzscheano impactó en el plano de lo literario o de la crítica de la cultura, más que en el plano filosófico (cuando critica a la moral, a las ideas religiosas, a los prejuicios de la cultura).
Si bien no podemos hablar de una “escuela” nietzscheana, el influjo que ha ejercido el pensamiento del filósofo es vivo y permanente, y atenta a la historicidad y al replanteo del problema de la verdad y del ser desde la centralidad del sujeto.
Nietzsche se presenta así como el primer nihilista verdadero. “La esencia del nihilismo (dice Heidegger) es la historia en la cual del ser ya no queda más nada”.
En el plano de la Estética, una importante línea de la reflexión contemporánea prolonga la idea nietzscheana del arte como lugar privilegiado del pensamiento  y de la acción, una alternativa de existencia humana “positiva, activa, fuerte, sana, no infectada de nihilismo.
En síntesis, y para ir terminando, si Hegel sintió en su época la muerte del arte (o, más exactamente, el carácter de pasado del arte), Nietzsche verá en el arte “eso por lo que la vida merece ser vivida”, la única justificación de la existencia humana. El arte redime al hombre porque le permite ver el carácter terrible y enigmático de su existencia. Pero si bien muestra lo terrible, su efecto es tónico; aumenta la fuerza, por eso no puede haber arte pesimista.
Análisis de la entrevista realizada por Natalia Bersía a la artista plástica Angélica Rochón.
Cátedra: Estética de la Recepción
Profesor : Andrés Calabrasa